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.La mayoría de los proyectores que reclaman para sí esta facultad, son tan ególatras queestán convencidos de que no bien despierten, después de la muerte, habrán de encontrarse en un planosuperior.Conozco una, aquí cerca de ***, que se pasa hablando de sus viajes por el mundo de los espíritus;pero dice tales cosas que un simple sueño clarividente podría explicar.Siempre está diciendo que el secreto dela proyección es un "elemento peligroso" en manos de un "ignorante", etc., etc., de modo que ¡se rehusa aexplicar la forma en que ella se proyecta.! Y creo que es aquí precisamente donde se equívoca.Es miconvencimiento que si una persona sabe cómo se hace, deberá decir exactamente el cómo, para que otrospuedan a su vez, experimentar y ensayar por sí mismos.Yo no tendría cara para decirle a alguien que unacosa es demasiado peligrosa para él, y no para mí, puesto que no me creo en absoluto superior a los demás.*Le envío hoy la última remesa de manuscritos.¿No sería interesante pedir a los lectores que comuniquen losresultados por ellos obtenidos? Quizás pudiera reunirse, en esta forma, un valioso material.Esta sugestiónpodría incluirse en alguna parte del texto.19LA PROYECCIÓN DEL CUERPO ASTRALLA PROYECCIÓN DEL CUERPO ASTRALCAPITULO ICAPITULO ICONOCIMIENTO EN LA ANTIGÜEDAD DE LA EXISTENCIA DEL CUERPOCONOCIMIENTO EN LA ANTIGÜEDAD DE LA EXISTENCIA DEL CUERPOASTRALASTRAL"Existe un cuerpo natural (físico) y otro espiritual"; así lo dice San Pablo en su primera "epístola a los Corintios".La investigación psíquica ha establecido, también, de antiguo, la creencia de que dentro de cada ser materialexiste un "doble" no material, un ente secreto que coincide, con la mayor exactitud, con el organismo físico.Son numerosos los informes, provenientes de acreditados hombres de ciencia, que prestan apoyo a la teoríade la existencia de este ser no material el "cuerpo astral" tal como ellos lo designan corrientemente capaz desepararse de su contraparte física y de existir con entera independencia de su morada material, intangible paralos seres que lo rodean.Aquí llamaremos a este enigmático fenómeno "proyección astral" o "exteriorización astral", siendo ambostérminos sinónimos.Son muchos los escritos teosóficos que se han ocupado del extraño fenómeno de laproyección astral, pero pese a todo el conocimiento hasta ahora reunido apenas podemos considerarnostodavía en el jardín de infantes de la escuela del misterio.En efecto, la exteriorización del cuerpo astral es, en realidad, el primer paso en la marcha hacia el reinodesconocido que llamamos "muerte", al cual tarde o temprano todos hemos de llegar.Así pues, lector, si esteoscuro fenómeno ha hecho presa alguna vez de tu imaginación, si, de pie frente a un ataúd, has contempladoel frío cadáver y en reverente silencio te has preguntado cómo ese ser hasta tan poco tiempo antes, animadode vida dotado de inteligencia, movimiento, pensamiento y habla, exactamente igual que tú que ahora locontemplas podía haberse convertido en una simple masa inerte; si te has sobresaltado entonces al pensarque tú también habrás de convertirte un día en algo similar, entonces debe importarte la proyección astral,puesto que no es grande la diferencia que separa la proyección astral de la muerte.Para las grandes multitudes que nunca han experimentado el fenómeno y aún para aquellos que en una formau otra se han familiarizado con el mismo, deberá ser colocado necesariamente entre la categoría de las"teorías"; pero para el propio proyector astral consciente, la exteriorización de la contraparte no material delcuerpo físico es una gran realidad, tan evidente por sí misma como el hecho de hallarse vivo y dotado deconciencia.Desde ya debemos advertir al lector que el autor de este libro se halla perfectamente familiarizado con elfenómeno y que ha realizado cientos de proyecciones a lo largo de un período de más de doce años,proyecciones éstas no siempre agradables, unas veces llevadas a cabo en forma consciente y otras sóloparcialmente consciente.La mayor parte del material que constituye el contenido de esta obra procede de supropia experiencia.Después de tantos años de proyecciones astrales he podido descubrir, gracias a la realización de numerosasexperiencias en este terreno, una innumerable cantidad de hechos y de hipótesis que explican esos hechos;muchos de los cuales, hasta donde llegan mis conocimientos, permanecían todavía desconocidos o no habíansido tratados, por lo menos, en forma exhaustiva por los investigadores de la ciencia teosófica.No me es ajeno el hecho de que el mundo está poblado de escépticos, incapaces de ceder un ápice en susconvicciones y que, pese a proclamarse a sí mismos "prácticos", se hallan cerrados a las nuevas posibilidades;estos individuos sólo saben pedir "pruebas", permaneciendo ciegos a la evidencia de que el Caminoconducente a la "Realidad" se halla cubierto con la niebla del misterio; por eso me apresuro a declarar que sitú, lector, perteneces a esta raza sedienta de pruebas susceptibles de ser medidas y pesadas mediante ellimitado instrumento de los cinco sentidos humanos, será mejor que dejes ya este libro porque no las habrás deencontrar aquí.Claro está que el materialista rechazará de inmediato la idea de la Proyección Astral como un simple disparate
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